Super Mensajes

Los últimos acontecimientos han dado a “la voz de la calle” un fuerte peso en las decisiones de gobierno. En ese sentido, hace falta una gran movilización de padres para demandar cambios profundos en la obsoleta forma de hacer educación en los colegios del Perú.

La suspensión de clases y el traslado del quehacer escolar de sus hijos a las casas, permitió a los padres “estar en el aula” (virtual) y constatar el absurdo de que sus hijos hagan lo mismo que hacían sus abuelos.

Una escuela que segmenta el conocimiento en áreas divorciadas, lineal, predecible, basada en problemas y soluciones “tipo” para las cuales los alumnos se entrenan con la idea de que a más repetición más habilidad adquirida. Una escuela que trabaja con los libros de casos y problemas que tienen los datos acomodados para las fórmulas a aplicar, o que relatan historias del pasado para memorizarlas, no se parece ni remotamente a la vida real, por lo que deviene en aburrida, desconectada de la comunidad, poco motivante e irrelevante para los fines de la construcción de una sociedad democrática en la que cada persona ejerce plenamente su ciudadanía. Es una escuela para sobrevivirla y no para cultivar los talentos y potencialidades de cada persona. Es una escuela para llorar y no para disfrutar. Es una de las razones por las que hay tantos egresados del colegio que fueron “malos alumnos” pero despiertan sus potencialidades una vez egresados y tienen mucho éxito, y otros, que se esclavizaron sumisamente a las demandas escolares, que no pocas veces se convierten en los marginales del éxito de su generación.