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El reciente atentado en un mercado en Bagdad (Irak),que se ha cobrado al cierre de esta columna 32 muertos y más de 100 heridos, a mi juicio, es un claro mensaje del terrorismo islámico para Joe Biden, flamante 46° presidente de EE.UU. Aunque no se lo ha adjudicado el Estado Islámico, todo parece indicar que sería de su autoría pues la modalidad del ataque, ya se ha visto en el pasado. Lo que debe haber promovido las alertas en la Casa Blanca ha sido, en primer lugar, la coincidencia de las dos explosiones a menos de 24 horas de la juramentación de Biden y a poco del retiro de tropas estadounidenses -2500- ordenadas por el ahora expresidente Donald Trump. El clímax político en Irak está dominado por un proceso electoral de pugnas entre sectores que ven al régimen iraquí actual como uno más de los gobiernos títeres sometidos a Washington desde que EE.UU. decidió invadir el país en 2003 bajo el pretexto de almacenar armas químicas -lo que jamás fue probado- para derrocar al sunita Sadam Husein, que terminó condenado a la horca por una corte chiita (2006). El movimiento del extremismo en Medio Oriente ha sido que, apenas la Casa Blanca efectivizaba el retiro de sus tropas de esos territorios convulsos, salían de sus escondites, aprovechando la vulnerabilidad por el referido retiro de las tropas, e inmediatamente acometían con sus acciones violentas. El atentado de la víspera confirma que el terrorismo islámico no ha sido derrotado como algunos creyeron desde que el Estado Islámico fue diezmado en 2017. Aunque nos hemos preocupado en diferenciar a la respetable sociedad islámica del terrorismo islámico, que no llega ni al 1% de su población mundial (1,800 millones),surge la pregunta de si acaso persistirá Joe Biden con su reiterado anuncio de derogar la prohibición de visas para los ciudadanos de países musulmanes. Creyéndolo injusto que decida congelar la medida prometida, los estadounidenses no han superado el impacto del atentado del 11S, y es probable que el tema de la seguridad dentro y fuera del país, junto a la pandemia, sea objeto del primer juicio de valor nacional, sobre el novísimo mandatario demócrata.