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Cuando César Acuña y su partido, Alianza Para el Progreso, irrumpieron en el escenario político y electoral liberteño en la primera década del siglo XXI, la pugna en las campañas se volvió en una contienda de dos, básicamente. Así, el Apra y APP concentraban las mayores maquinarias electorales cada vez que llegaba una campaña. Se constituía esa competencia en una suerte de clásico electoral liberteño. De modo que en la última década las otras fuerzas políticas dispersas trataron de dar pelea consolidando una sumatoria, digamos una vía alternativa, una tercera vía. Alguien la bautizó como la tercera opción. Es decir, una propuesta política que sea una alternativa a APP y al Apra en La Libertad.

Sin embargo, la llamada tercera opción no logró concretarse. APP siguió pisando la aplanadora electoral, y el Apra secundándolo, porque en la región siguió dando pelea. Hubo un paréntesis, es cierto: la presencia de Elidio Espinoza en la elección municipal de 2014. Sin embargo, fue más que nada un ímpetu caudillista al que se plegaron grupúsculos de todo tipo. El movimiento de Elidio Espinoza, que fue elegido alcalde, se cayó con él, se fue con él.

Los individualismos, los egos, la falta de consenso, la desorganización y la incapacidad no permitieron que las fuerzas políticas pudieran consolidar una verdadera opción alternativa a APP y al Apra. Y ahí están los resultados.

En esta campaña, sin embargo, las cosas parecen traer un escenario distinto e incierto. El Jurado Nacional de Elecciones acaba de confirmar la no inscripción de la lista aprista al Congreso por La Libertad. Por primera vez no habrá candidatos apristas para el Parlamento. Sumado a esto, está pendiente de resolución en el Jurado Nacional de Elecciones la exclusión de la candidatura presidencial de César Acuña. De confirmarse, esto sería un duro golpe a las pretensiones apepistas, a su lista inscrita para la región, que redondearía la andanada de críticas que ya ha cosechado en estos meses el partido de Acuña.

Esta situación abre un panorama totalmente distinto. Sin el Apra y con APP probablemente disminuido en la campaña, en La Libertad habría -ahora sí- un terreno apropiado para una tercera opción.

Pero, otra vez, existe una atomización tal, una dispersión tal de fuerzas por motivos personalistas y cortoplacistas, que pueden terminar favoreciendo a quien esté arriba, aunque la ventaja sea mínima.