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Cuando César Augusto Canales Cueva tenía 5 años y estaba por ingresar a primaria, sus padres detectaron que su hijo no era como el resto de niños: no hablaba. Preocupados de que su afonía y timidez no le permitieran leer y escribir buscaron a especialistas.

Es así que llegaron a un consultorio donde la psicóloga le entregó a sus dos primeros amigos de juguete, un tironosario y un velociraptor.

Me dijo que ellos se comerían mis miedos. Siempre estaban conmigo. Hacia mis tareas mirándolos. Fue un proceso muy duro de dos años. Los niños se reían de mí, por no pronunciar bien las palabras. Pero el tenerlos me ayudó y puede superar ese defecto” , narró.

Lo que no sospechaba en ese momento es que casi tres décadas más tarde su dormitorio, sala, cocina y todos los ambientes de su departamento tendrían dinosaurios.

Fuente: Correo

Libro de los World Guinnes

Hoy, su familia y amigos lo conocen como César, tu dinosaurio favorito. Es su pasión por esta especie prehistórica lo que lo ha llevado ganarse varios admiradores en redes sociales. En su casa ubicada en el corazón de la Ciudad Blanca tiene exactamente 1276 artículos relacionados con dinosaurios.

Juguetes, libros, borradores, shampoos , hieleras, calcomanías, armables, banners, trajes, según The World Guinnes, el arequipeño de 34 años es ahora el mayor coleccionista de dinosaurios del mundo. Aunque esa nunca haya sido su meta y tenga un significado más personal, según él mismo explica.

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Tiene unos $/30 mil invertidos en su colección

El arquitecto e ingeniero industrial egresado de la Universidad Nacional de San Agustín tomo enserio su faceta de coleccionista desde 2012 con el film Jurassic Park. Quedó tan impresionado que decidió comprar varios objetos. Hacerse de estos artículos incluso lo llevo a esperar en los basureros de los cines, para recoger pieza por pieza los banners, cuya venta está prohibida.

El 70% de sus artículos son del extranjero. Calcula que tiene unos $/30 mil invertidos en su colección. Los más caros le costaron alrededor de S/2 mil. “No pienso venderlos, para mi no son como un colchón financiero para más adelante. Lo que si hago es ayudar a mis amigos coleccionistas”

Fuente: Correo

La familia de coleccionistas

César no es el único coleccionista arequipeño de dinosaurios. Integra un grupo de WhatsApp con más de 90 participantes que son una suerte de familia. La conversación también se da con diferentes personas al rededor del país. “Es fantástico tener personas que te entiendan. Mis amigos de Arequipa y la universidad saben lo importante que es para mi que la gente conozca más sobre lo asombroso de esta especie. Los chicos del chat son hoy como mi familia saben tanto que cada conversación es enriquecedora”

El poco apoyo local ha hecho que el profesional se endeude para tener el certificado en casa. Pese a que su situación financiera no es la mejor, por la falta de trabajo debido al virus de Wuhan, César no piensa tirar la toalla.

Las exposiciones en grandes ambientes para el público en general y ampliar su muestrario son algunas de las ideas que tiene en mente. César enfrenta los retos y sus miedos con un pequeño llavero de dinosaurio en el bolsillo, para sentirse seguro en esta crisis sanitaria que atraviese el mundo. “Creo que seguiré coleccionando hasta que me muera”, sentenció.

Fuente: Correo