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Por Gabriel Valdivia Vélez

La ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, Claudia Dávila Moscoso, adelanta que su gestión se enfocará en la prevención de la violencia hacia la población vulnerable, ámbito en el cual anuncia un “giro de timón” que busca tener presencia antes de la ocurrencia de hechos violentos en contra de la mujer o de niños y niñas.


A continuación, publicamos la entrevista que ofreció al diario oficial El Peruano.

¿Cuáles van a ser los principales lineamientos de su gestión, y qué es lo que va a proponer en el tema de la lucha contra la violencia hacia la mujer?


El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (Mimp) está trabajando con mucha fuerza la lucha contra la violencia hacia las mujeres, pero también en la atención de toda la población vulnerable. El tema de la violencia no solamente involucra a mujeres sino a niñas, niños y adolescentes. En esa línea, tenemos un programa muy potente que es el programa Nacional Aurora donde tenemos los Centros Emergencia Mujer (CEM) para atender de manera rápida y oportuna los casos de violencia.

–La lucha contra la violencia implica un trabajo transversal con otros sectores para que sea eficaz, ¿qué componente tendrá la estrategia que piensa desarrollar?


Esta gestión se va a enfocar en el tema de la prevención. Daremos un giro de timón en el programa mismo, para llegar antes de que la mujer haya sido violentada o el niño haya sufrido maltrato. Estamos trabajando con el MEF para determinar el costo de la no prevención, el costo no solo social, sino económico de la no prevención. La lucha contra la violencia hacia la mujer es un tema transversal y la respuesta tiene que ser también transversal, no solamente con los sectores Salud, Educación, la Policía Nacional, o el Poder Judicial, sino también con los gobiernos locales que son el primer círculo de protección que tiene la sociedad y la comunidad para la atención de estos temas.

–Se viene un cambio de autoridades...


Efectivamente, y los vamos a convocar para sensibilizar y posicionar nuestros cuatro grandes temas: violencia hacia la mujer, niñez, el tema de discapacidad que tiene que entrar en la agenda pública, y el tema de los adultos mayores que también tiene que posicionarse.

–Hay un trabajo orientado a la reestructuración del Programa Nacional Aurora, ¿de qué se trata exactamente?


Cuando asumí el cargo encontré un diagnóstico que estaba ad-portas de salir con un planteamiento de reestructuración, en la línea de girar la mirada hacia un enfoque más preventivo, poniendo a la mujer y a la niña, a la adolescente, como centro de este sistema de protección. Hemos recogido todo lo realizado y con unos pequeños cambios se va a dar la reestructuración de Aurora.

–Reducir las cifras de feminicidio sería un logro fundamental, ¿se requiere ahí un cambio?


La violencia es estructural, está presente en todas las esferas de la vida de la mujer, por eso es necesario avanzar en el empoderamiento holístico de la mujer, en diferentes áreas de su vida: laboral, en su casa, en el espacio público, en la política; tenemos que lograr que la mujer participe activamente, pero que además ella misma sea una guardiana de su integridad personal y cuando sienta violencia de cualquier tipo, pueda levantar la alerta temprana y evitar los feminicidios. Necesitamos tener puentes de conexión real, que los sistemas se interconecten y haya una alerta temprana por parte del Estado, para intervenir. Una simple llamada o una visita domiciliaria hará que el agresor sienta que está vigilado y ya no podrá actuar de manera libre e impune.

–¿Cuál será el enfoque que le darán al trabajo pensado en el adulto mayor?


Es importante trabajar en la autonomía del adulto mayor. No todos necesitan asistencia, y por eso hay que romper ese criterio asistencialista y empoderarlos en las capacidades que tienen y en su autocuidado. Debemos lograr que los adultos mayores estén insertos con un rol importante dentro de la familia y también lograr su empleabilidad. Estamos haciendo ferias de inserción laboral y capacitaciones en materia de sistemas, tecnología digital, para empoderarlos.

–¿Cuál es su opinión respecto a la intención de cambiar la denominación Ministerio de la Mujer por el de ministerio de familia?


Este portafolio es un referente en América Latina por tener una gama de políticas públicas diseñadas para la protección de la mujer y la prevención de la violencia contra la mujer. En el caso del Perú, el tema de la violencia es tremendo y necesitamos instituciones especializadas. El cambio de nombre involucraría un cambio de enfoque que se va a tener que dar y definitivamente va a invisibilizar el problema. Por ejemplo, se privilegiaría la unión familiar frente a los casos de violencia, y ese es el peligro, retroceder en lo ya ganado.

El proceso de adopción


Uno de los servicios que brinda el Mimp en relación con la protección del menor, son los Centros de Acogida Residencial y el trabajo de acogimiento familiar. Sin embargo, cuando se ve el tema de la adopción este presenta “varias complejidades”, señala la ministra. 

Cuando un niño es recogido en estado de abandono, entra en un proceso a través de la unidad de protección especial del Mimp para determinar por ejemplo que no tiene una familia que lo reciba o quizá es un NN; entonces el caso va al Poder Judicial y allí empieza un proceso largo.

“Solo con la declaratoria de abandono se puede iniciar la adopción y la búsqueda de la familia que lo va a acoger, pero además hay que preparar a los padres y al menor”. 

La ministra Dávila señala como un problema adicional, la falta de sensibilidad de quienes van a adoptar porque están buscando niños perfectos.

“Entonces tenemos un grupo grande de menores, muchos de ellos con discapacidad, que podrían ser adoptados, pero tenemos ese problema. Por eso es necesario que las familias sean más abiertas en sus expectativas. Todos quieren niños sanos, perfectos y lo que se requiere es una mayor apertura y para eso tenemos que realizar un trabajo de sensibilización muy potente”.

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Publicado: 19/9/2022