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Por Luis Zuta Dávila

La laguna de Huacachina, el único oasis del Perú y de Sudamérica, uno de los emblemáticos atractivos turísticos de la región Ica y reconocida en 2014 como Área de Conservación Regional, corre riesgo de colapsar por el descenso en el nivel del agua que almacena, debido a la sobre explotación del líquido vital por parte de la creciente demanda poblacional, agudizada por el déficit hídrico que genera el cambio climático.

Así lo advirtió el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico del Perú (Ingemmet), que consideró fundamental abordar este serio problema de manera multisectorial, estableciendo las coordinaciones necesarias con las entidades y organismos especializados en el tema. Asimismo, planteó una alternativa de solución en el mediano y largo plazo.

Origen de la laguna de Huacachina


César Chacaltana Budiel, director de Geología Regional del Ingemmet, explicó en entrevista con la Agencia de Noticias Andina, que si bien el agua que genera la laguna de Huacachina y el magnífico oasis que conforma, proviene de las lluvias que caen en la Cordillera de los Andes y que discurre por filtración hacia el desierto costero, este flujo de líquido vital no alcanza para mantener el nivel de la laguna y por ello se tiene que recurrir al bombeo de agua a través de tuberías subterráneas desde depósitos ubicados a cierta distancia del oasis.


La laguna de Huacachina forma parte de nuestra geodiversidad y es un manantial surgido de la filtración del agua subterránea que, a su vez, procede del agua de lluvia estacional que penetra en el suelo y transcurre por gravedad entre los poros de las rocas gracias a la pendiente cordillerana, manifestó. 

“Al buscar una salida, el agua aflora a la superficie y, en el caso de la laguna de Huacachina, se ha formado en un ambiente donde hay mucha arena. Se trata de una recarga natural debajo de la superficie. Cuando hay manantiales en ambientes desérticos, con sus climas y características físicas de un ambiente árido, se les llama oasis porque justamente son el fomento de la vida, permitiendo la sobrevivencia de flora, fauna y de seres humanos”, añadió.


Recordó que este proceso fue descrito con detalle en un documento técnico titulado "Hidrogeología de la cuenca del río Ica", publicado en el año 2010.




Riesgo de languidecer


La sobrepoblación que existe en la provincia de Ica, como ocurre con las principales ciudades de la costa, genera un exceso de consumo de agua subterránea que se extrae mediante pozos y ello afecta la carga natural de las lagunas. 


En el caso de Huacachina, señaló Chacaltana, el déficit se ha compensado gracias a la intervención de la ingeniería geológica, ambiental y agropecuaria para recargar la laguna de manera artificial porque se trata de un atractivo turístico y genera ingreso económico.

“Recuerdo que visité la laguna de Huacachina en los años 90 y el agua estaba turbia, lodosa, con olor de sulfuro, debido al notable descenso del nivel agua que ponía en peligro su existencia. Gracias a una solución de ingeniería que permitió el aporte externo de agua se logró recuperar el nivel de la laguna y se evitó que perdiera su condición de atractivo turístico”, mencionó. 

Sostuvo que la recarga artificial de la laguna se realiza, desde hace aproximadamente 30 años, con ayuda de un sistema de tuberías que llevan el agua desde reservorios llamados “balsas de concreto”, lo que permite mantener el nivel de agua almacenada en la laguna de Huacachina.


Sin embargo, advirtió que se corre el riesgo de un descenso crítico en el nivel del agua debido a la sobreexplotación del líquido vital subterráneo por parte de la creciente demanda poblacional en Ica.

“En estos tiempos está descendiendo nuevamente el nivel por la sobreexplotación del agua subterránea, lo que merma la filtración natural y afecta también el abastecimiento de agua por bombeo a la laguna de Huacachina”, anotó.




Posibles soluciones 


El director de Geología Regional del Ingemmet consideró que para enfrentar este problema que afecta a la laguna de Huacachina se requiere, en el corto plazo, construir más reservorios de agua que permitan abastecer y compensar el déficit de la recarga natural procedente de las lluvias generadas en la Cordillera de los Andes.


“La ingeniería va a permitir que se generen estructuras en la costa que permitan la acumulación de aguas subterráneas para derivarlas hacia la laguna y no se pierda este recurso vital en el mar”, argumentó. 

En el mediano y largo plazo es necesario ejecutar un ordenamiento territorial que regule el desarrollo urbano y el sobredimensionamiento poblacional en la provincia de Ica que provocan el uso desmedido de recursos hídricos, planteó el experto.

Cabe recordar que existe un Plan Maestro del Ambiente Urbano Monumental de Huacachina 2022-2032, elaborado por la Municipalidad Provincial de Ica en la gestión 2019-2022.


Al respecto, Chacaltana comentó que dicho documento contiene información consultada en el Ingemmet (boletines e informes técnicos) y que le sirven como insumo base para su elaboración. Sin embargo, afirmó que hasta ahora no se ha formalizado una coordinación institucional para abordar la problemática de la laguna de Huacachina.

Dijo que, si bien la urgencia está ahora en el mantenimiento del nivel del agua de la laguna, luego tendría que abordarse el tema del ‘proceso de oxigenación dinámica interna’ o corrientes de fondo que se producen en las lagunas de origen natural como la Huacachina, el cual decae cuando se genera un abastecimiento externo de agua mediante tuberías, como ocurre desde hace varias décadas, y que puede tratarse mediante soluciones de ingeniería, según sostuvo.

“Es importante articular esfuerzos porque el conocimiento científico y técnico lo tiene el Ingemmet y podemos coordinar acciones conjuntas. Todavía estamos a tiempo”, aseveró finalmente.


(FIN) LZD/MAO


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Publicado: 6/4/2024