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Viajar a Cusco en cualquier época del año y, sobre todo, en los feriados largos como Fiestas Patrias, puede ser costoso por tratarse del principal destino turístico de Perú. No obstante, la Ciudad Imperial ofrece lugares y atractivos turísticos de acceso gratuito y con todos los protocolos de bioseguridad para disfrutar de una grata estadía y vivir una experiencia inolvidable.


Recorrer la Ciudad Imperial, rica en historia, cultura y arquitectura, y visitar diversos atractivos o realizar actividades sin pagar nada sí es posible si sabe adónde ir. Para comenzar, la histórica Plaza de Armas es el inicio de cualquier ruta en la ciudad y recorrerla es totalmente gratis. 


Rodeada de iglesias, restaurantes y hoteles, este lugar es el principal punto de encuentro de turistas y cusqueños que llegan hasta aquí para hacer un alto en sus actividades, contemplar la belleza arquitectónica y disfrutar al aire libre. Fue declarada en 1983 por la Unesco como Patrimonio Cultural de la Humanidad.



Otros lugares de ingreso gratuito son los mercados, lugares ideales para observar la cultura local, descubrir una diversidad de productos que se expenden allí y saborear suculenta comida a bajo costo. 


Los mercados de ingreso libre y más importantes de Cusco son San Pedro, el principal de la ciudad y donde es posible encontrar desde alimentos y productos oriundos hasta artesanías; San Blas, más pequeño que el anterior pero donde es posible comer a barato, incluso opciones vegetarianas; y Wanchaq, que ofrece un ambiente más típico de Cusco.


También se puede visitar sin costo alguno el barrio de San Blas, considerado el rincón urbano más bello y bohemio de la urbe, donde resaltan sus viviendas pintadas de blanco con sus puertas y balcones de color azul que le confieren una personalidad única. 


Además de su hermosa plazoleta es posible ingresar sin costo alguno al museo taller del célebre y galardonado artesano cusqueño Hilario Mendívil, uno de los más importantes del siglo XX, reconocido por su arte en la confección de vírgenes, santos y arcabuceros, que se distinguen por presentar el rostro sereno y el cuello alargado. 


Otro lugar que puede apreciarse gratis es la calle Hatun Rumiyoc, donde se encuentra la célebre piedra de los doce ángulos, uno de los principales atractivos de Cusco. Esta roca perfectamente engastada en el muro que formaba parte del palacio del inca Sinchi Roca, sobre el que se construyó el Palacio Arzobispal, es de imprescindible visita en Cusco.  


Cerca de allí se encuentra la calle de las siete culebras, una de las más bellas de Cusco, y se localiza entre la Plazoleta Nazarenas y el pasaje Choquechaka. Debe su nombre a las figuras de serpiente talladas en las piedras de las paredes, de las cuales siete están en los muros del Palacio Nazareno e igual número en el pasaje, en cuyo interior hay un arco de piedra que en la época colonial y del virreinato delimitaba la zona española y la zona indígena.


Entre los lugares culturales emblemáticos de la Ciudad Imperial que también puede visitarse sin costo destaca el cementerio de la Almudena, el principal de la urbe y que fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación en 2011 por reunir la más grande muestra de arte religioso funerario de Cusco y del sur peruano. 


Allí descansan los restos mortales de célebres personajes cusqueños y del Perú como el fotógrafo Martín Chambi, el arqueólogo Manuel Chávez Ballón; la primera mujer abogada del Perú, María Trinidad Enríquez; y la escritora Clorinda Matto de Turner. Ambas pertenecieron a la primera generación de mujeres ilustradas del Perú.  


También puede visitarse gratis el Museo del Café, ubicado en la calle Espaderos 136, a pocos pasos de la Plaza de Armas. La exposición permanente presenta la historia e importancia cultural del café, las variedades, el proceso de fabricación, entre otros aspectos fundamentales de este cultivo que tiene en la provincia cusqueña de Quillabamba a una de las principales zonas de producción del Perú.


Cusco ofrece también varios miradores a los que se puede acceder sin costo alguno y tener magníficas vistas panorámicas de la Ciudad Imperial. El más destacado y visitado es el Cristo Blanco, ubicado en el cerro Pukamuqu. La imagen es similar al Cristo Redentor de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, aunque de menor tamaño dado que mide alrededor de ocho metros de alto. Aunque está protegida por un cerco metálico, la efigie de Jesús con los brazos abiertos recibe a los visitantes y parece proteger a la ciudad de Cusco.


Además del Cristo Blanco está el mirador de San Cristóbal, con su pequeña plaza y su iglesia; el Mirador de San Blas, ubicado a solo cinco minutos a pie desde la plaza de Armas; el mirador de la Plaza Santa Ana y la Huaca Sapantiana.



También se puede admirar la arquitectura exterior de predios emblemáticos como la Casa del Almirante, donde destaca la decoración plateresca en su fachada con una pequeña ventana de estilo mudéjar; la Casa del Inca Garcilaso de la Vega, que obtuvo recientemente el Escudo Azul de la Unesco para garantizar su protección y conservación; la Casa de los Cuatro Bustos; la Casa Cabrera, que alberga el Museo de Arte Precolombino; y la Casa de los marqueses de San Lorenzo de Valle Umbroso, sede de la Escuela de Bellas Artes de Cusco.


A solo 15 minutos del centro histórico de Cusco, sobre la colina del cerro Socorro, se encuentra el bosque de Qenqo, en los alrededores del complejo arqueológico del mismo nombre. Este bosque de eucaliptos se ha convertido en uno de los favoritos de los amantes de la naturaleza y la fotografía. La belleza natural que rodea todo el lugar sumado al mágico ambiente que se respira a cada momento hacen de esta visita una linda experiencia que permite olvidar el ruido de la ciudad y te conecta con el bucólico entorno.

(FIN) LZD/MAO

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Publicado: 28/7/2022