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La festividad en honor de Santiago apóstol o Taita Shanti es una de las celebraciones religiosas y culturales más importantes del calendario jubilar en la sierra peruana y en especial del Valle del Mantaro, en el departamento de Junín, donde contribuye a fortalecer la identidad de la población en esta región de los Andes centrales.


La ciudad de Huancayo se convierte en el epicentro de esta festividad de gran sincretismo religioso andino, que se inicia el 24 de julio y culmina la última semana de julio, y durante la celebración se realiza el tradicional “señalacuy” o marcación del ganado.


Se trata de una tradición ancestral de agradecimiento por la fertilidad de la tierra e incluye los animales, dado que Santiago apóstol o Taita Shanti tiene una arraigada influencia en la ritual de la herranza andina y es identificada como protector de la comunidad, de las chacras y del ganado en general. 


La fiesta empieza la noche del 24 de julio cuando en los diversos pueblos de Huancayo y del Valle del Mantaro se preparan desde temprano para cuando llegue la medianoche esté todo listo para celebrar con bombardas y abundante licor el día de Santiago y el “cumpleaños” de los animales.


Al día siguiente, el ganado es adornado con vistosos aretes, coloridas cintas y gracioso adornos que representas las bendiciones que el apóstol Santiago brinda a la comunidad abundancia y fertilidad. Estas cualidades no son las únicas que reciben los animales, dado que los encargados de colocar las señales al ganado son hombres soleteros y mujeres solteras. Vaca, para el macho; toro, para la hembra. Estas costumbres datan de tiempos prehispánicos, donde las sociedades andinas para identificar a sus ayllus adornaban a sus llamas con “achalas”. También se relaciona esta festividad con una ceremonia de cortejo para los próximos matrimonios.



Los niños que nazcan a los nueve meses de este rito llevarán el nombre de Santiago, el santo traído por los conquistadores españoles en el siglo XVI y que adoptado por los pueblos del Valle del Mantaro.


Durante la festividad se levanta un altar o hatacuy, que es adornado con flores, ramas de ichu, mates de calabaza con harina de maíz, cintas multicolores y hojas de coca con el nombre de cada vaca y toro. En una ceremonia de ofrecimiento a la Pachamama se entierran hojas de coca y botellas de aguardiente.


En nombre de Santiago apóstol o Tayta Shanti los pobladores bailan y cantan. Al ritmo de los “guapidos”, como se conoce a los gritos festivos, las mujeres y varones danzan a un ritmo trepidante el contagiante el huaylarsh que caracteriza a la danza en honor de Santiago, siguiendo la melodía desplegada por las bandas de músicos. 


También se desarrolla un baile general en la cual las parejas danzan al compás de la tinya o tambor andino y simulan estar luchando con los toros. 


Durante la celebración, los pobladores del Valle del Mantaro ofrecen sus platos más tradicionales como la patasca, sopa preparada con carne de carnero y res, además de mote, papa, chuño y verduras. 

(FIN) LZD/MAO

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Publicado: 23/7/2022